Alerta en Chile y Mendoza por actividad sísmica en el Volcán Tupungatito
Recientemente, el volcán Tupungatito, ubicado en la Cordillera de los Andes, ha generado preocupación debido a un aumento en la actividad sísmica. Aunque no se prevé una erupción inminente, el monitoreo constante es esencial para garantizar la seguridad de las comunidades cercanas.
En los últimos días, se han registrado más de 20 sismos menores en la región, lo que ha llevado a las autoridades a intensificar la vigilancia. Este volcán, situado cerca de la comuna chilena de San José de Maipo, se encuentra a unos 75 km de Santiago y a 8 km al sudoeste del volcán Tupungato.

Monitoreo y vigilancia del volcán
Según el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (Sernageomin), la actividad sísmica reciente se atribuye a la fractura de rocas en las áreas circundantes. A pesar de esta actividad, se mantiene el nivel de alerta en verde, lo que indica que el volcán está en un estado de reposo o con actividad superficial leve. El volcanólogo Daniel Díaz enfatizó que el Tupungatito forma parte de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica, lo que permite un seguimiento constante.
¿Riesgo de erupción?
Los expertos aseguran que la reciente actividad sísmica no implica necesariamente que el volcán esté a punto de erupcionar. Eduardo Morgado, geólogo de la Universidad Mayor de Chile, aclara que los temblores no se originan directamente bajo el volcán, complicando la relación entre estos eventos y su actividad. En caso de una erupción, se espera que sea de baja magnitud, mucho menos severa que la erupción del volcán Chaitén en 2008.
Impacto en las comunidades cercanas
En el caso de que el volcán llegara a erupcionar, se podrían generar flujos de lava, eyección de fragmentos volcánicos y lahares, que son flujos de lodo volcánico. Las comunidades, especialmente San José de Maipo, podrían verse afectadas. También existe el riesgo de emisión de cenizas volcánicas, que podría impactar a Santiago si el viento sopla en dirección noroeste, afectando la salud respiratoria de los habitantes, especialmente durante el invierno.
A pesar de los posibles riesgos, los especialistas subrayan que la situación no es alarmante. La actividad sísmica es común en la zona, y la última erupción significativa se produjo entre 1951 y 1961. Las autoridades continuarán el monitoreo riguroso para anticipar cualquier cambio en la actividad del volcán, asegurando la protección de las poblaciones cercanas.
Por ahora, se recomienda a los residentes y visitantes mantenerse informados y seguir las indicaciones de las autoridades locales. La vigilancia constante es clave para garantizar la seguridad de todos.